Adolescente yo también en el centro con camisa azul, camuflado entre artistazos de entre 11 y 22 años.

Esa edad donde la vida empieza a tornarse más complicada y vienen los frenos y resistencias a un mundo que abandona el niño. O mejor dicho, lo coloca al final del armario; no lo abandona.

Es un gusto ver cómo los miedos sociales típicos de esta época se van disipando entre teatro y música, para afianzar la capacidad de juego y que sea más fácil echar mano de ella cuando la necesitemos. Y la necesitamos siempre amigos! Jueguen más!

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