Huella – Impro testimonial es un formato creado por la actriz e improvisadora Carol Hernández, donde la escena muta afectada por los testimonios reales de los improvisadores frente al espectador.
Es un show que se hace en Perú, pero lo mencionamos aquí por una doble razón: Somos fans de Carol y esta vez ha utilizado la herramienta soundlooping para jugar y sumar en el formato.
No podía ser otro que el gran Francisco Luna, a quien también admiramos y queremos, quien dirige los momentos de improvisación coral soundlooping (sistema para orquestar improvisaciones músico-teatrales en grupo).
Nosotros desde Madrid, llenos de orgullo y felicidad de ver cómo esta herramienta se está usando en más lugares del mundo y especialmente por estos dos genios, a quien tuvimos la oportunidad de conocer en Perú y compartir nuestro sistema soundlooping, además de muchos otros buenos momentos.
Recomendamos y apoyamos la Huella!!!!!!
Entrevista a Francisco Luna en Revista Escenarios. Fuente: http://www.revistaescenarios.com/francisco-luna-soundlooping/
Francisco Luna: “El soundlooping es muy intuitivo”
18/07/2017 Escenarios Perú
El improvisador Francisco Luna emprende una nueva aventura en “Huella”, un show de improvisación testimonial bajo la dirección de Carol Hernández, que tiene un plus bastante atractivo: música improvisada a capela. Francisco es uno de los ocho improvisadores que participan en el show y tiene la responsabilidad de dirigir la parte musical durante el espectáculo.
¿Qué herramienta utilizan para hacer música?
Lo que hacemos aquí es una herramienta que desprende del soundpainting. El que propuso esto como formato fue Raúl Beatmac, un español, y él lo llama soundlooping, porque la piedra angular del formato musical es el looping. Entonces, a partir del loop empezamos a crecer, porque el loop es una herramienta sólida a la cual podemos volver. Como has visto, a lo largo del show volvíamos al tema y lo recordábamos porque era un loop muy reconocible.
¿Cómo defines el loop?
Un loop es algo que se repite. ¿Musicalmente? Lo que quieras: “tin-ton, tin-ton, tin-ton, paran paran, tin-ton, dibaruba, tin-ton, viva, tin-ton…”. Es algo que se convierte en una columna vertebral en donde se puede sostener el resto de la música.
¿Cómo manejaron el soundlooping con improvisadores y no con músicos?
De hecho hemos tenido que entrenar, no a nivel de músicos, pero el soundlooping es muy intuitivo. Entonces, a medida que vas entendiendo las señas, vas perdiendo el miedo a cantar porque hay bastante temor a empezar a emitir un sonido. Empezamos a disfrutar y a explorar mucho más todas las posibilidades, porque las combinaciones son infinitas.
¿Existen señales clave al momento de dirigir el soundlooping?
En “Huella” usamos un 40% de posibilidades. Hay algunas señas que son más complejas, más musicales, como cambiar de un compás a otro, ampliar compases o cortar compases. De repente, más adelante en una reposición, podríamos investigar más acerca de la música. Pero para este momento quisimos centrarnos en algo sólido, reconocible y súper digerible para el público.
Durante el show, ¿tú improvisas y diriges el soundlooping?
Es que tenemos varias herramientas. En improvisación testimonial tenemos: la herramienta de testimonios al frente, otra herramienta es decir lo que pensamos en el momento que sea, otra es usar recursos del público, otra es estar hablando y de pronto cantar lo que sigue. Carol nos permite hacer eso a lo largo del formato.
¿Te ha tocado ser el protagonista del show durante los ensayos?
Sí, tuvimos que entrenar eso también, porque como todo formato de improvisación – larga sobre todo – tiene mucha exploración. Hemos explorado muchísimo, lo que usamos no es todo lo que hemos hecho a lo largo de estos tres meses que estuvimos ensayando. Entonces, ¿qué es lo que hemos hecho? Ver qué cosa tenía más potencial y nos conectaba más. Y, a partir de eso, algo que sea sólido para todos. En algunos momentos me tocó ser a mí el protagonista y tengo que estar consciente y desdoblarme. También, lo que quería Carol es que todos nos hiciéramos cargo. Si bien yo soy el abanderado, cualquiera podría empezar a cantar y el resto debería seguirlo. Y yo después, en la medida de lo posible, sumarme o empezar a dirigir.
Entonces, el puesto puede rotar.
Al inicio del formato yo estoy proponiendo las series, pero conforme avanzamos y el formato va calentando, va agarrando vuelo, ya cualquiera puede proponer lo que quiera. Es muy bonito porque ya no trabajamos a partir de las señas, sino de la propuesta: uno propone, nos vamos sumando y entendemos cuándo entramos, cuándo callamos, cuándo subimos.
¿Es la primera vez que improvisas con esta herramienta?
Sí y me he sentido encantadísimo. Le voy a mandar un video a Raúl para que vea y va a estar encantado.